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La Mentira: Tercer Disipador Del Caos Social

Teora Del Caos Social / CAPTULO 6: La mentira: Tercer disipador del caos / ISBN 9789801241312


Es inevitable volver a las fuentes conceptuales. An para quienes se consideren expertos en cualquier materia o asunto, es conveniente refrescar conocimientos bsicos, un ritornelo particularmente til cuando se manejan conceptos y acepciones ms bien recientes, como lo son la Teora del Caos Social y su novel corpus propositivo. Volver es encontrarse de nuevo con la idea esclarecedora y en este caso con el concepto de controlentropa'.

All lejos, en el primero de estos ensayos esgrimimos la definicin del Vrtice Social como un proceso cclico, dinmico, producto de una realidad, irregular y discontinua que se puede explicitar en sub fases, y aseguramos entonces que esas fases son cuatro: Controlentropa, fase entrpica, caos y negentropa. La primera fase es, en esencia, de auto organizacin social, est integrada por aquellos procesos que el sistema utiliza para controlar los mecanismos reductores de la entropa y su consecuencia: El caos.

Cules son los antecedentes literarios, psicolgicos e histricos de la mentira como funcin controlentrpica' en la sociedad? Cul es el protocolo operativo' funcional de la mentira? Existir un punto de saturacin' a partir del cual la mentira pierde efectividad y poder para generar energa cintica en los conglomerados? Y si la respuesta a esta ltima interrogante es cierta Cmo se identifica ese punto? Cmo se valida? Vamos a averiguarlo investigando cmo la mentira se transforma en una controlentropa social; luego abordaremos la Teora del Engao y su protocolo operativo, para finalmente entrar en la estructura de la persuasin y desembocar en La Mentira como reductor de las entropas.


1. La mentira como funcin controlentrpica social. Referentes fisiolgicos:

Con tcnicas de resonancia magntica funcional se ha demostrado que hay mayor actividad cerebral en los momentos en que se miente, pues se activan las regiones pre-frontales, las ms desarrolladas en los humanos. Mentir, entonces, supone un mayor esfuerzo creativo.

Sean Spence, investigador de la Universidad de Sheffield, public un trabajo que describe los correlatos neurolgicos del mentir, donde prob la mayor activacin de estas reas pre-frontales.[1]

Adrian Raine [2] un psiclogo de la Universidad de Southern California encontr que los mentirosos patolgicos tienen en promedio ms materia blanca en la corteza pre-frontal, que es el rea que ms se activa durante la mentira que en personas que no son mentirosos en serie. La materia blanca del cerebro capacita para el pensamiento rpido, mientras que la materia gris lo inhibe. Raine afirma con estudios en mano que la combinacin de extra materia blanca y menos materia gris podra dar la mezcla correcta de los rasgos para hacer ms mentirosas a las personas.

Esta es, por tanto, la primera diferencia fisiolgica que se ha descubierto entre mentirosos patolgicos y la poblacin general. As, los mentirosos patolgicos constituiran un grupo fisiolgicamente diferenciable, que sistemticamente manipulan, mienten y usan alianzas para obtener ganancias o placer personal. Las personas con menos materia gris (pero con ms de la blanca') tienden a romper las reglas y se cuidan menos de cometer transgresiones morales.

Estos estudios tambin explicaran por qu para los nios autistas es muy difcil mentir pues desarrollan un sexto de la materia blanca en su cerebro en comparacin con nios normales de sus mismas edades. Los estudios tambin comprobaron algo de lo que se vena hablando informalmente entre jugadores profesionales de pker y en algunos crculos del teatro profesional: A los mentirosos les resulta ms fcil suprimir las emociones, como la ansiedad y el impulso automtico a decir la verdad.

Otro estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania lo ratifica: demostr que el cerebro siempre est listo para decir la verdad y que para mentir precisa organizarse. Esta fue una de las conclusiones del estudio:

"Nuestra materia gris tiene que hacer un trabajo extra cuando va a engaar: se activan zonas del crtex frontal (que desempean un papel en la atencin y concentracin), adems de otra rea del cerebro responsable de vigilar los errores."

Surge, entonces, la pregunta Qu pasa en esa regin del cerebro? La respuesta la tiene la doctora Cristina Besada[3], jefa de Neuroradiologa del Hospital Italiano en Buenos Aires, Argentina:

"El lbulo frontal es el ms desarrollado en el humano frente a los otros seres vivos, el que ms crecimiento tuvo y el ms grande, donde estn muchas de las funciones superiores. Si le pido a alguien que diga palabras que empiezan con tal letra, aunque no la digan, el pensamiento activa esa zona".

Desde el punto de vista de la neurologa, "... la falta de habilidad para decir una mentira es anormal". Esto lo afirma el Dr. Facundo Manes, director del Instituto de Neurologa Cognitiva (INECO) y del Instituto de Neurociencias de la Fundacin Favaloro.

"Conocer la verdad para poder eludirla y construir el embuste es todo un esfuerzo. Para mentir se precisa inteligencia", afirma Andrea Tagliacarne[4], profesor de filosofa y autor del libro "Filosofa de la Mentira".

"Para mentir se precisa inteligencia. De entrada, supone el conocimiento de la verdad. Luego, la mentira tiene una estructura ms compleja, de tipo teatral. Supone entender la expectativa de quien la escucha, entrar en la mente del interlocutor. En este sentido, el mentiroso no slo es un expositor de hechos, sino un creador".

Referentes filosficos: LA FILOSOFA DE LA MENTIRA POLTICA

En una breve revisin de los inicios de la filosofa, se descubre el inters por la preocupacin del conocimiento, interrogndonos sobre los aspectos fundamentales de la existencia y la experiencia. La filosofa propone ver que tan lejos es capaz de llevarnos la razn, preguntndonos sobre la naturaleza de la percepcin, la experiencia y el entendimiento humano, es decir, la esencia ltima de todo aquello que existe, (Ontologa) y cmo despus de todo, podemos conocer, (Epistemologa).

Pero es en la epistemologa moral de las religiones (en este caso, de la religin catlica, apostlica y romana) donde ms se abunda en definiciones y acepciones de la mentira como concepto filosfico de la transgresin a la verdad y sinnimo de pecado. Aqu, la filosofa de la mentira transmuta en una moral de la verdad asociada a una particular categorizacin de la mentira, clasificacin que hace referencias sostenidas a Santo Toms y San Agustn.

En varios pasajes de las obras de Nietzsche[5], pero sobre todo, en su pequeo escrito "Sobre Verdad y Mentira En Sentido Extramoral" [6] (que vio la luz como texto pstumo en 1903), aclara que la fuente original del lenguaje y del conocimiento no est en la lgica sino en la imaginacin. En la capacidad radical e innovadora que tiene la mente humana de crear metforas, enigmas y modelos, y as, para Nietzsche, el edificio de la ciencia se alza sobre las arenas movedizas de ese origen.

"El intelecto, como medio de conservacin del individuo, desarrolla sus fuerzas principales fingiendo, puesto que ste es el medio, merced al cual sobreviven los individuos dbiles y poco robustos, como aquellos a quienes les ha sido negado servirse, en la lucha por la existencia, de cuernos, o de la afilada dentadura del animal de rapia. En los hombres alcanza su punto culminante este arte de fingir; aqu el engao, la adulacin, la mentira y el fraude, la murmuracin, la farsa, el vivir del brillo ajeno, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, la escenificacin ante los dems y ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante alrededor de la llama de la vanidad es hasta tal punto regla y ley, que apenas hay nada tan inconcebible como el hecho de que haya podido surgir entre los hombres una inclinacin sincera y pura hacia la verdad".

Aun cuando en los estudios de Derrida [7] y de Ricoeur [8] en torno a la metfora y la interpretacin apenas se insiste en Nietzsche, todo cuanto se piensa, se piensa a partir de l. La influencia que el pensamiento de Nietzsche ha producido en la mentalidad de Occidente es tan grande que ya no es posible filosofar sin contar con las impresiones causadas por su obra. Nietzsche fue el primero en sugerir explcitamente la exclusin de la idea de "conocer la verdad", como si esta fuera algo ajeno a toda interpretacin, como si pudiese darse una verdad purificada, asptica, descomprometida de todo inters humano, ajena a toda voluntad de poder, puesta en ejercicio a travs de la voluntad de ficcin. Este "querer algo" es a lo que Nietzsche denomina "interpretar". Si la voluntad de poder es voluntad de ms poder, la interpretacin es la operacin concreta de la adquisicin del dominio sobre las cosas.

Para Nietzsche puede haber errores necesarios: a veces necesitamos la ceguera y debemos permitir que ciertos errores y artculos de fe permanezcan intactos en nosotros mientras nos mantengan en vida.

"Hemos organizado un mundo en el que podamos vivir suponiendo cuerpos, lneas, superficies, causas y efectos, movimiento y reposo, forma y contenido; sin estos artculos de fe nadie sera capaz de soportar la vida! Pero esto no significa que ya se ha aprobado algo. La vida no es argumento; pues el error podra ser una de las condiciones de la vida" [9]

Es precisamente por esa organizacin de mundo que el mito, en tanto y cuanto postulado-error' abarca una dimensin de la vida humana, que sera inaccesible a una postura epistemolgica puramente objetiva. El que no podamos aprehender una historia exclusivamente objetiva, tiene su fundamento no en una necesidad de mistificacin, o en un anhelo de posibles trasmundos, que actuaran en una direccin oculta, sino en que el propio sujeto est inserto en la historia y pretende desesperanzadamente acceder a la profundidad insondable del sentido, lo que equivaldr siempre a querer penetrar en la profundidad de s mismo. La constriccin a la mentira se funda en la naturaleza de la propia verdad.

Pero para dar con la raz de un referente filosfico sobre la mentira y el engao, habra que remontarse hasta La paradoja de Epimnides [10] para luego dar un salto hasta Gdel [11] y su Teorema de la Incomplenitud. [12] Epimnides fue un legendario poeta filsofo del siglo VIa.C. a quien se le atribuye haber estado dormido durante cincuenta y siete aos aunque Plutarco afirma que slo fueron cincuenta. Se atribuye a Epimnides haber afirmado:

"Todos los cretenses son unos mentirosos".

Sabiendo que l mismo era cretense, Deca Epimnides la verdad? La paradoja de Epimnides, tambin puede sintetizarse en "Miento. Hablo" As lo propone Foucault,[13] en "El pensamiento del afuera". En este sentido, la ficcin tal como la conocemos, tambin queda a prueba.

El resultado ms revolucionario de la Lgica del siglo XX, por el que Kurt Gdel es especialmente famoso, es el teorema de incompletitud, publicado en 1931. El teorema de incompletitud de Gdel es bastante sencillo de entender una vez que hemos introducido la paradoja del mentiroso. [14] Gdel hizo manipulaciones para trasladar el lenguaje natural del mentiroso al lenguaje de las matemticas. Lo que prob es comparable (isomorfo) a la afirmacin "Este teorema no tiene demostracin". Lo sorprendente es que l prob el teorema! Dise su propio lenguaje lgico para esto. En definitiva, descubri que existan afirmaciones verdaderas que no podan ser probadas dentro del sistema.

LA MENTIRA POLTICA (Entre Emmanuel Kant y Hanna Arendt)

La poltica viene, genealgicamente, de la guerra, de ah que una poltica, sin antagonismos de ideas o intereses es absolutamente impensable. La poltica fue inventada, precisamente, para dar formato argumental al antagonismo violento. La poltica, en consecuencia, debe ser construida, paso a paso, a partir de las condiciones pre-polticas que no slo la preceden, sino que adems, la rodean. Esta es una tesis central de quien fuera uno de los primeros filsofos polticos de la modernidad: Emmanuel Kant. En su texto La Paz Perpetua,[15] desarrolla Kant ideas relativas, no slo para terminar con las guerras y alcanzar la paz, sino que adems, y sobre todo, para construir relaciones polticas desde el fondo mismo de la guerra.

Nietzsche, aclara en varios pasajes de sus obras, pero sobre todo en su pequeo escrito Sobre Verdad y Mentira en sentido extra moral [16](texto pstumo editado en 1903) que la fuente original del lenguaje y del conocimiento no est en la lgica sino en la imaginacin. En la capacidad radical e innovadora que tiene la mente humana de crear metforas, enigmas y modelos. El edificio de la ciencia se alza sobre las arenas movedizas de ese origen. Para confirmar esta apreciacin basta con volcar la mirada hacia sus conceptos sobre la verdad:

"Qu es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas potica y retricamente y que despus de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, cannicas y vinculantes. Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal

Estos supuestos dan la clave de la respuesta de Nietzsche a la pregunta por el impulso a la verdad. El hombre es un animal social y ha adquirido el compromiso moral de mentir gregariamente, pero con el tiempo y el uso inveterado...

"...se olvida [...] de su situacin [...] por tanto miente inconscientemente y en virtud de hbitos seculares y precisamente en virtud de esta inconsciencia [...] de este olvido, adquiere el sentimiento de verdad"[ii]

Con razn podemos constatar que hay mucho Kant en la epistemologa de Nietzsche. Pero regresemos a Kant. l, al igual que Hobbes, Rousseau y Locke, pertenece a una tradicin poltica contractualista. La idea de un contrato, que no slo ha de ser subscrita, segn Kant, entre y por Estados, sino que en primer lugar entre los ciudadanos de una nacin, significa establecer la primera marca que lleva, de la paz armada, que es la de los ejrcitos, a la paz poltica, que es la de los ciudadanos. Ahora bien, para que exista un contrato, ya sea entre individuos, o entre stos y un Estado, o entre aqullos, es preciso dejar de lado las armas de la guerra. Y una de las principales armas de toda guerra, es la mentira. Es por esa razn que Kant opinaba, reiteradamente, que mentira y poltica son absolutamente incompatibles.

La consideracin del tema del contractualismo social[17] como instancia previa primero, y complementaria despus, al contractualismo poltico paraestatal, resulta por tanto indispensable en el anlisis del texto La Paz Perpetua de Kant. Porque pese a sus mltiples alusiones a la naturaleza humana pre-social y pre-poltica que lleva a cabo Kant a lo largo de este libro, el punto de partida del texto, a diferencia de muchos otros textos suyos, no es antropolgico, sino poltico. Esto quiere decir que la unidad central de referencia no es el individuo porque ste, en el texto ya se encuentra social y culturalmente organizado. Y lo est desde sus primeras lneas. Kant, por lo tanto, da por descontado en La Paz Perpetua, y slo ah, el proceso de civilizacin que lleva a la institucionalizacin del Derecho, pasando por mltiples y discontinuas fases de interiorizacin normativa.

Se constata una plena coherencia entre lo que podramos llamar filosofa individual respecto a la filosofa poltica. Para Kant, ni a los individuos ni al Estado les est permitido mentir, si es que pretenden regular sus relaciones alguna vez. El no mentir, aun fuera del sustrato religioso de donde imperativamente proviene es, para Kant, un mandamiento, que aunque sea civil, es condicin apriorstica, tanto de la razn prctica como de la norma legal, y por cierto, base de todo arreglo pacfico.

Pero no se trata de que la mentira deba ser interdicha por ser un pecado sino porque, en primera lnea, desfigura a la realidad, lo que dificulta la comunicacin humana, base de toda poltica. En ese sentido distingue Kant en su Methaphysik der Sitten (1797)[18] tres tipos de mentiras. La primera, es la mentira interior, o a s mismo porque - en este punto Kant es implacable - "lesiona la dignidad de la humanidad en la propia persona" (Ibd. pg.516). La segunda es la mentira que no necesariamente va unida al engao, como escribir al pie de las cartas "su seguro servidor", por ejemplo (Ibd. pg.517). La tercera es la peor de las mentiras; es la cometida con el propsito expreso de engaar al otro (Ibd. pg.519).

Para Kant, la mentira, o la no veracidad, deviene de una actitud pre-moral, correspondiente al estadio natural que es, a su vez, lo repite siempre, un estado de guerra. En las relaciones que llevan a la paz no est permitido mentir, del mismo modo que lo est en las relaciones que conducen a la guerra. Esto no lo dice Kant, pero se deduce del contexto, deduccin que es, precisamente, uno de los motivos por los cuales Kant rechaza tan abiertamente toda posibilidad que lleve a introducir la lgica militar en materias morales o polticas. Pues en la guerra no slo est permitido matar, sino que adems, la mentira forma parte de la lgica del exterminio. Quien quiere aniquilar a un enemigo tiene necesariamente que mentir. La estratagema, la emboscada, el asalto por sorpresa, la difusin de falsas noticias, son partes inseparables del dudoso arte de la guerra. Un buen general, en tiempos de guerra, debe ser un gran mentiroso. Al enemigo siempre est permitido traicionarlo si es que se desea vencer. Porque la guerra no slo no es poltica. Es, para Kant, la negacin de la poltica; o el retroceso del ser humano a la era salvaje, cuando la nica virtud posible era la violencia.

Segn Arendt, habra una diferencia entre la verdad poltica y la verdad comn. O, lo que es parecido, habra una razn, que se deriva de una moral de Estado que no es, ni puede ser la misma que la moral comn. "Veracidad", deca, nunca se ha contado entre las virtudes de la poltica, y la mentira siempre ha sido considerada como un medio permitido en la poltica" (Arendt 1987 pg.8)

Hanna Arendt no se refera slo a gobiernos totalitarios, sino tambin a aquellos representados por estadistas democrticos como Charles De Gaulle o Konrad Adenauer. Uno de los ejemplos de Hanna Arendt que muestran como la mentira forma parte de la poltica, fue la negacin, durante decenios, de parte de los gobiernos alemanes, de que la ex RDA era un Estado independiente, como la reconocan la mayora de los Estados del orbe. Esa mentira, admite Arendt, era incluso polticamente necesaria para la auto comprensin poltica de la Repblica Federal Alemana.

Para Hanna Arendt, la mentira puede llegar a ser un medio permitido en la poltica. No obstante, antes de intentar contraponer Arendt a Kant, vale la pena tener en cuenta un detalle: al aceptar a la mentira como medio poltico, Arendt est hablando, incluso con sus ejemplos, de la poltica en tiempos de guerra, aunque esta guerra hubiera sido slo fra Es decir, la que describe, es una poltica de guerra y en cierto modo subordinada a objetivos estratgicos e, incluso, abiertamente militares.

Kant no rechaza la poltica dentro de la guerra, porque en la guerra tambin hay un espacio poltico, es que es posible salir de las guerras. Pero, y este es el punto de vista preciso de Kant, en una poltica destinada a lograr la paz, es decir, subordinada al objetivo de la paz y no al de la guerra, la mentira no tiene nada que hacer. Mucho menos en los marcos de una poltica en tiempos de paz que, hay que reconocerlo, ni Arendt ni Kant pudieron vivir.

La veracidad kantiana es una prescripcin primariamente moral y en este sentido Kant es, en relacin al Estado, plenamente consecuente con la arquitectura filosfica de su pensamiento. No es el Derecho de por s, la instancia que produce la moral, sino que a la inversa, es la moral que se deduce de la razn prctica la que lleva a la constitucin del Derecho el que otorga, por lo mismo, fuerza legal a la moral. En este punto, establece Kant en su Crtica de la Razn Prctica (1788) un complejo juego de relaciones entre mximas, principios e imperativos morales, respecto al Derecho. Lo fundamental es que, para Kant, todo Estado es una instancia poltica en cuyo proceso de formacin, sus representantes ya han atravesado los ros morales y racionales que necesariamente lo preceden. Lo que no es posible exigir siempre a cada individuo por separado, hay que exigirlo s de los estadistas, que se supone, son personas que han alcanzado plena condicin poltica.

Sostiene Jacques Derrida - (1930-2004) que para decir la verdad, para ser veraz, hay que poder mentir.

"Un ser que no puede mentir tampoco puede ser sincero o veraz. Esta nocin de posibilidad es fundamental. Para Platn el mentiroso es alguien que es capaz de mentir. Para Aristteles es alguien que decide mentir. ... cuando se est programado para decir la verdad, no se es sincero. El condicionamiento de los seres que torna mecnica la verdad est en contradiccin con la idea de intencionalidad, la condicin misma de la mentira".

Pero para Hannah Arendt, la extensin de la mentira se debe al fenmeno que ella denomina la "conspiracin a plena luz":

"Antes se menta all donde los ciudadanos no saban, porque no podan saber; hoy se miente a los ciudadanos all donde, en principio, pueden saberlo todo".

Derrida afirma que la posibilidad de la mentira, precisamente esa que hoy se considera completa y definitiva, desconocida en pocas anteriores, es el peligro que nace de la manipulacin moderna de los hechos. Incluso en el mundo libre, donde los gobiernos nacionales no han monopolizado el poder de decidir o de decir qu es o no es desde el punto de vista fctico, gigantescas organizaciones de intereses han generalizado una especie de mentalidad de la raison d'tat [razn de estado, escrito en francs, en todos los textos originales de Derrida] que antes se limitaba al tratamiento de los asuntos exteriores y, en sus peores excesos, a las situaciones de peligro claro y actual.

Para Hannah Arendt, se trata de un fenmeno relativamente reciente de la manipulacin masiva de los hechos y de la opinin, que ella lo evidencia en la compulsin a la reescritura de la historia y en la prefabricacin de imgenes, actividades ya comunes en la poltica de los gobiernos. Afirma tajantemente Arendt:

"La mentira poltica tradicional, tan saliente en la historia de la diplomacia y de la habilidad poltica, generalmente se refera a secretos autnticos, a datos que nunca se haban hecho pblicos, o bien a intenciones que, de todos modos, no poseen el mismo grado de certidumbre que los hechos consumados. [...] Las mentiras polticas modernas tratan eficazmente de cosas que de ningn modo son secretas, sino conocidas prcticamente por todo el mundo".

Referentes literarios: Los vnculos del engao en "La Repblica" de Platn:

Se ha aceptado como verdad nica que "La Repblica" es un tratado esencialmente educativo (Rousseau) pero que tambin es una obra que trata sobre la justicia, o al menos ese fue el criterio de Trasilo al aadir al nombre original el subttulo "De lo justo", tal como lo afirma Cerroni. Sin embargo, el texto de Platn es, en esencia, un tratado sobre la estabilidad de las sociedades, y por extensin derivada, sobre los instrumentos de sta para que el Estado sea estable. La obra es particularmente enriquecedora en cuanto a mostrar el uso del engao y la mentira como instrumentos para alcanzar la obediencia al orden institucional representado en la polis, vale decir, como disipador controlentrpico.

En "La Repblica" se perciben ntidamente los dispositivos de persuasin y engao necesarios para la estabilidad del Estado, pero con una aproximacin desde los modelos retricos de Gorgias podremos establecer tal concomitancia. Cabe mencionar que si bien Platn no aborda directamente estos tpicos en "La Repblica" (antes bien los rechaza como instrumentos propositivos generalizados) s los plantea de modo indirecto e incluso se muestra proclive a consentirlos, al menos por razones de Estado, pues si la mentira - en "La Repblica"- le es permitida a la autoridad, lo es nicamente como instrumento de beneficio de la polis. As, en la medida en que los dispositivos institucionales del engao sean operativos para tal fin, la ciudad permanecer equilibrada' y desaparecer el peligro de la disolucin del Estado.

Gorgias fue uno de los ms notables exponentes del escepticismo radical. Para l. La distancia entre el mundo real y las palabras era totalmente insalvable. Ms dramtico an: No exista un mondo ms all de aquel que poda ser construido mediante la palabra:

"Aquello por medio de lo cual nos comunicamos es una frmula (logos) y lo que est por fuera de nosotros y existe no es una frmula; por tanto, no comunicamos... lo que existe, sino una frmula que define lo que existe por fuera de nosotros" (Gorgias citado en Barnes)

Asumiendo que Platn conoca profundamente la teora de la retrica de Gorgias, podemos inferir que "La Repblica" est estructurada bajo esos principios dialcticos. Y es a partir de esta apreciacin que en Platn, el concepto del engao es beneficioso y bueno, siempre que se utilice como instrumento aleccionador o elemento de instruccin, ya que se le puede entender como una herramienta del Estado para orientar a la polis.

Es natural asumir que en "La Repblica" Platn ha desarrollado una propuesta definitiva de Estado ideal', reafirmando que el gobernante ideal es el Rey-filsofo, pero al profundizar sobre la lectura es evidente que no todas las nociones de justicia de Scrates que ha pretendido refutar Platn han quedado rebatidas definitivamente. La verdad platnica sobre el Estado y la polis metamorfosea los argumentos socrticos y los reinserta subliminalmente dentro de la dinmica filosfica que se desarrolla en la casa de Cfalo. Es este uno de los pasajes simblicos de La Repblica" en el que Platn parece - o realmente- niega aquello en lo que cree, colocando un velo tras otro, como en el retrato de Trasmaco, en el que apunta hacia la emociones del lector, en perfecta concordancia con las descripciones retrica de Gorgias.

La dialctica del engao en Sfocles:

El engao y la violencia se entrelazan en esta tragedia de Sfocles para motorizar el impulso y el desarrollo y hacer estallar conflictos queadquieren singular importancia en el diseo de los personajes. El andamiaje de engaos y violencia ejercidos mediante la accin o la palabra por agentes humanos y divinos permite advertir en la obra la inestabilidad de los roles y los cambios en las relaciones interpersonales.

La accin heroica de esta tragedia implica una actitud del hroe frente a una coyuntura en la que debe realizar una opcin que lo compromete vitalmente, y lo lleva a enfrentar a otros personajes, humanos o divinos, queno comparten su concepcin del mundo o al menos su postura ante la dificultad planteada. yax de Sfocles es una obra particularmente rica en el entrecruzamiento de estrategias de persuasin, de engao y de violencia, que generan un complejo diseo de las relaciones interpersonales, y particularmente de la actitud que asume yax ante la perspectiva de una vida despojada de honor.

Como sucede en general en la tragedia, observamos en esta obra el predominio de la palabra sobre la accin; pese a ser una obra donde la pasin bordea el atropello, la concrecin de la accin violenta en escena se reduce al tormento que aplica yax a los animales del rebao y parcialmente a su suicidio. El resto es palabra; y cuando esa palabra injuria, amenaza, somete, maldice, se configura como violencia pero no deja de ser palabra. Tan palabra como la que, trabajada por un hablante con llana honestidad o con engaosos dobleces, se propone persuadir a su destinatario, o como la palabra narrativa, que introduce lo sucedido fuera de la escena.

En la tragedia de Sfocles, yax resulta vctima de un doble engao; de parte de los hombres, en la figura de Aquiles, porque considera que el juicio por las armas no fue imparcial (448-9) sino que result amaado; y de parte de los dioses, Atenea, porque le infundi dusphrous gnmas, falsas creencias, para desviar su intento de masacrar a los jefes griegos. As, y en momentos distintos, yax es vctima del engao humano y del divino. Lo que Sfocles pone en escena es la consideracin de la reaccin del hroe y las consecuencias que esto le acarrea a l mismo al final de su vida y despus de su muerte, y al crculo de sus allegados.

Cmo opera esta dialctica? Veamos: Los antecedentes de la accin que se despliega en yax, y que son recuperados por distintas voces en la escena, nos remiten al concurso por las armas de Aquiles en el que nuestro hroe result perdidoso, y a la clera vengativa de Atenea por la desmesura que este puso en sus palabras en dos ocasiones lejanas. En ambos casos yax resulta vctima de un engao; de parte de los hombres, porque considera que el juicio por las armas no fue imparcial sino que result amaado; y de parte de la diosa, porque le infundi dusphrous gnmas, falsas creencias, para desviar su intento de masacrar a los jefes griegos. Esto es que, en momentos distintos, yax es vctima del engao humano y del divino. Lo que Sfocles pone en escena es la consideracin de la reaccin del hroe y las consecuencias que esto le acarrea a l mismo al final de su vida y despus de su muerte, y al crculo de sus allegados.

En la versin homrica del juicio por las armas, quienes evalan los mritos de los guerreros aqueos son los jvenes teucros y Palas Atenea (que posiblemente haya influido en el veredicto). Sfocles, en cambio, atribuye la resolucin fraudulenta que impidi a yax la posesin de las armas aquleas, alos Atridas y al mismo Odiseo; este hecho doloso se constituy en un acto de violencia por cuanto al escamotearle el premio de las armas le arrebat la honra debida a sus mritos. La injusta decisin provoc la ira de yax y desencaden la ejecucin de su venganza, nuevo acto de violencia.

El engao a que lo someti la diosa hizo que esa venganza resultara fallida; Atenea oscureci el juicio de yax y ste descarg la violencia de su brazo sobre pacientes rebaos e indefensos pastores; de este modo la deshonra del hroe creci hasta tornarse insoportable. Esta esotra forma de privarlo de su honor, de despojarlo del reconocimiento de los dems. Como tal, esta trampa de origen divino se configura comoun nuevo acto de violencia.

Es decir que este doble engao que sufre yax y que podramos llamar bipolar, opera como el motorque pone en marcha la accin dramtica. En efecto, tiene como consecuencia una accin violenta que, pese a que se ejecuta, no cumple con la finalidad que se propuso su autor. Pero yax lleva a cabo esa accin violenta, a su vez, "solo, durante la noche y con engaos"; vemos, entonces, que la violencia y el engao procedentes de los hombres conducen a yax a ejercer violencia con engao en el mismo espacio de tiempo en que es engaado por la diosa. Creyendo, pues, recuperar su honor, yax empeora su reputacin hasta un punto, para l, sin retorno. Esa situacin lo conduce a ejercer violencia contra s mismo, a descargar el mpetu de su clera quitndose la vida. Pero esta solucin que yax encuentra como nica salida posible no pone fin a la cadena de venganzas. Los Atridas extreman su odio hasta pretender descargarlo sobre el cadver del enemigo muerto, y para ello prohben la sepultura de yax. Esta desmedida actitud provoca el agn en que ambos por turno, ejerciendo violencia verbal debaten el caso con Teucro hasta que Odiseo pone fin pacfico a la querella.

Estos son los hechos ms relevantes de la historia que Sfocles nos presenta sobre el tramo final de la vida de yax. Como vemos, el engao y la violencia se entrelazan para poner en marcha la accin, para impulsar su desarrollo y hacer estallar los conflictos; y se constituyen, adems,en dos instancias que adquieren singular importancia en el diseo de los personajes.

La cadena de engaos y violencias que observamos en esta tragedia griega genera cambios abruptos que hacen que un hroe de las caractersticas de yax quede desinstalado, removido de sus certezas en relacin con los dioses y con los hombres. Un dios que engaa, un aliado que hace trampa y se convierte en enemigo, un ejrcito de camaradas que lo amenaza con motivo suficientede conmocin, de perturbacin interior. Si a esto se suma el asombro o el espanto- de descubrirse a s mismo cambiado, ubicado en un lugar en el que nunca pens estar, colocado en una situacin en la que es imposible definir claramente los roles y las relaciones interpersonales, se comprender que yax, agotada su capacidad de adaptacin, no encuentre ya su lugar en el mundo.

La dialctica del engao, en esta tragedia as como en la vida de los hombres 25 siglos despus, es la expresin teatralizada de los suicidios humanos', aquellos que motoriza el doble engao en que caen los pueblos y las naciones cuando por partida doble son engaados por sus lderes (que asumen conscientemente el papel de Atenea) y tambin por su propia gente. Se trata del engao que controlentropiza' el status quo. Que desata circunstancias ocultas para el hroe, pero que simultneamente construye una opinin pblica a su alrededor, que es opuesta a sus designios y que le condena irremediablemente.

En esta tragedia el hroerene y condensa la violencia sufrida en s mismo y ejercida por l sobre otros y sobre s; la persuasin y el engao se entrelazan inseparablemente en su discurso en virtud de la ambigedad de la palabra potica; la resistencia al cambio y la indeseada y dolorosa experiencia de la propia mudanza y de la inversin de roles.

Las divertidas mentiras de Nicols Maquiavelo:

En "La Mandrgora"[19], Nicols Maquiavelo reafirma que la poltica es tan relevante para los colectivos humanos como lo manifest en su otra obra, "El Prncipe", porque existe permanentemente un estado de conflicto latente entre los hombres y porque entre ellos mismos hay relaciones de poder persistentes que generan poderosas tensiones sociales. Si el mundo estuviese formado por "buenos salvajes", la poltica, tal como la define Maquiavelo, carecera de sentido e inters. El hombre es visto como un ser peligroso y vido de poder y en consecuencia, todo el anlisis poltico que hace Maquiavelo en "La Mandrgora", una obra teatral excepcional, va a estar construido sobre estos supuestos.

Pues bien, Cmo se presenta esta concepcin en "La Mandrgora"? La obra tiene un argumento sencillo y a la vez de difcil anticipacin para el espectador. Callimaco, un joven enamorado y dispuesto a todo, monta junto a Ligurio una gran farsa con el fin de engaar a un viejo y poco astuto marido (Nicias) y quedarse con su joven esposa (Lucrecia). Para ello cuenta con la ayuda de tres personajes que no tienen la misma relevancia. El principal es Fray Timoteo y lo acompaan Sostrata (la madre de Lucrecia) y Siro (el criado de Callimaco).

Lo primero que podemos concluir es que los personajes de "La Mandrgora" se ajustan plenamente a los supuestos antropolgicos desarrollados por Maquiavelo en sus obras tericas. La mentira es una constante a lo largo de la pieza: Callimaco miente, Ligurio miente, Timoteo y Lucrecia tambin lo hacen. El eje de la obra es el engao que permite el logro de los objetivos de cada personaje. Como dice fray Timoteo para convencer a Lucrecia: "hay que tener en cuenta, en todo, el fin". Callimaco y Ligurio engaan a Nicias, (Siro tambin acta como cmplice) y por ltimo engaan a Timoteo. Por su parte, el fraile engaa a Nicias, a Lucrecia y a su madre, Lucrecia engaa a Nicias cuando acepta a Callimaco en su cama, y hasta Nicias cree que engaa a un pobre transente que en realidad es Callimaco. Si bien es cierto que los conflictos entre los personajes no llegan a ser enfrentamientos abiertos por el carcter cmico de la obra, esto slo se debe al xito de los engaos. El fracaso de cualquiera de ellos hubiese llevado a una tragedia. Pero existe una segunda dimensin en el anlisis del hombre realizado por Maquiavelo: todos participan en el juego poltico, sea como dominadores o dominados. Es por eso que Maquiavelo escribe para todos. Incluso "El Prncipe", una obra que se presenta como un recetario slo til para un poltico de accin que pueda aplicar concretamente los consejos vertidos, es un libro que su autor califica de necesario para todos.

Otro escritor que aborda el tema de la mentira es Ignacio Mendiola en su libro "Elogio de la mentira" All, imagina una pesadilla, un mundo sin mentiras, transparente. "Invivible", y lo define as:

"No cabe imaginar una sociedad en la que la mentira estuviera negada".

Oscar Wilde ya haba sentenciado: "Quien dijo la primera mentira fund la sociedad civil" y el psiclogo Daniel Rubinsztejn plantea como constitutivo del "Yo" el hecho de mentir: "Cuando el nio descubre que los padres no conocen su pensamiento, opera en l una revolucin" afirma el Dr. Rubinsztejn, quien adems le gusta citar a Nietzsche, cuando propone que la verdad es como "una chispa que surge del cruce entre dos espadas".

Pero, por qu no decimos la verdad? Segn los psiclogos, se miente para eludir responsabilidades, para obtener cierto placer, por inseguridad y desconfianza en nuestra capacidad de ser aceptados como somos; para evitar un castigo; para acercarnos a nuestro interlocutor; cuando vemos nuestra autoestima amenazada. Incluso, afirman los expertos, hay oportunidades y casos en que decir la verdad no slo est mal visto, sino que no es aconsejable: son las mentiras blancas, las que ocultan -por ejemplo- una enfermedad a un ser querido.

Si a veces la mentira es sana, inevitable, social, Hay que condenarla? Rubn Gonzlez Fernndez lo contesta en el ensayo "La mentira, un arte con historia":

"La estrategia vital realmente inteligente es entender, asumir y sufrir/gozar (vivir) la verdad de la ficcin. Sin renunciar a nuestra identidad de pcaros que es la que nos caracteriza y a la que estamos un poco obligados".

Referentes psicolgicos: Psicologa del engao social

A la vista del relativo desacuerdo entre quienes estudian el engao como resultado de la mentira, especficamente los estudios acerca cmo el engao y la comunicacin falaz deben ser definidos, en el presente trabajo se intenta integrar la visin de los autores ms influyentes en este campo con el fin de formular una definicin del engao lo ms delimitada posible al mbito del presente ensayo. El punto de partida est en los elementos de la mentira prototpica sealados por Coleman y Kay[20], as como la nocin de "comunicacin engaosa" de Gerald Miller[21] (Miller & Stiff, 1993). Para sealar un punto de partida conceptual, vamos a proponer una definicin de engao', y lo puntualizaremos como el intento deliberado, exitoso o no, de ocultar, generar, y/o manipular de algn otro modo, informacin factual y/o emocional, por medios verbales y/o no verbales, con el fin de crear o mantener en otra(s) persona(s) una creencia que el propio comunicador considera falsa.

Ahora bien, en la historia de las ideas, han sido muchas, variadas y diversas las formas de presentar la esencia de lo humano. Todas ellas (la racionalidad, el trabajo, el poder) hablan de lo mismo: que el ser humano se diferencia del reino animal porque va ms all de lo biolgico. Ningn otro pariente natural piensa, inventa cosas, modifica el medio circundante. Tampoco, ningn otro animal domina a otros de su misma especie exclusivamente por el deseo mrbido de experimentar ese dominio. Ms all uso de la razn, de la capacidad de abstraccin conceptual, de la dialctica controlador-controlado, lo que nos define particularmente es la capacidad de engaar conscientemente.

No hay ninguna novedad intelectual con esto del engao como esencia, como atributo bsico del ser humano. El psicoanlisis y el genial descubrimiento freudiano no dijeron otra cosa: El humano es el nico animal que habla, y por ello miente. Al hacer uso de los smbolos -ms all de los puros mecanismos instintivos- se implica un engao originario. Hablar es, por tanto, dejar siempre abierta la posibilidad de engaar. El smbolo, en tanto convencin, roza esta arista del engao: el discurso es la negacin de la cosa concreta. Esta idea del engao como esencia de la condicin humana puede ser llevada ms all del mbito psicopatolgico; ms all, incluso, de lo que Freud utiliz para mostrar las facetas del mbito del inconsciente: el sueo, la equivocacin cotidiana, todo tipo de lapsus. El engao hace parte fundamental de la arquitectura social.

Si las luchas en torno al poder constituyen el motor mismo de la historia de toda la humanidad, el engao est siempre implcito en ellas. El campo de lo poltico -escenario donde se juegan las relaciones de poder- no es en definitiva sino el arte del engao, de la manipulacin. Esto no significa asignar a priori una etiqueta de malignidad a los polticos profesionales; tampoco implica asumir que las castas polticas indiferentemente su signo ideolgico- sean ticamente malas, contraproducentes o perversas. Lo que ellos personifican, en todo caso, es que el ejercicio del poder, de todo poder, se basa en un engao primigenio. Si no fuera as Cmo podra entenderse que un grupo siempre numricamente menor ejerza relaciones de dominio, basadas en el poder, sobre conglomerados numricamente superiores? La fuerza bruta es determinante, sin dudas; pero inmediatamente surge la pregunta Por qu esa mayora no reacciona? Porque ms all de las armas con que son dominadas, el engao juega un papel disuasivo.

Esto sucede porque las relaciones humanas contienen en s mismas, de manera estructural, un ncleo de engao. No significa que todo, absolutamente todo vnculo interhumano es engaoso, pero s que ello es posible y que puede encontrarse siempre presente en la mayora de las interrelaciones humanas, en mayor o menor grado, asumiendo distintas formas ms o menos explcitas. Cuando escuchamos de engao lo asociamos a decepcin, traicin y mentira.Tambin asociamos ese trmino, al dolor psicolgico que conlleva. Engaar es faltar a la verdad en lo que se dice, se hace, se cree o se piense. Asimismo, es dar a lo falso apariencia de veracidad o provocar que alguien tenga por cierto lo que no lo es. El subproducto ms elaborado de esta faceta humana es el autoengao, que bsica y funcionalmente consiste en provocar que las audiencias cierren los ojos a la realidad, por ser ms grato y cmodo aceptar la mentira como verdad.

Mentira y persuasin poltica:

La persuasin, entendida como la intencin consciente de modificar el pensamiento y la accin, manipulando los mviles de los hombres hacia fines predeterminados, est de hecho asociada con el control pblico de la recepcin y la manipulacin informativa programada. En este sentido, la persuasin es una forma consciente e intencional de manipulacin informativa, cuyo objetivo es la orientacin de las actitudes y del comportamiento de los receptores, influyendo mental, afectiva y cognitivamente en los destinatarios del mensaje a travs de diversos medios psicosociolgicos. Por tanto, al reivindicar la adhesin, veraz o interesada, del pblico mediante el convencimiento explcito o tcito en funcin de los intereses de los agentes emisores responsables, individual o institucionalmente, de los contenidos informativos, la persuasin comprende como bien explica Jos Sierra:

"una forma directa de codificacin intencionalmente manipuladora como, por ejemplo, los anuncios publicitarios y los mensajes polticos en las campaas electorales".

Las frmulas de comunicacin persuasiva son desconocidas por los receptores, porque la eficacia y el xito de la persuasin dependen casi siempre del desconocimiento por el pblico objetivo de las formas retricas y psicosociales que motivan en la construccin y difusin de los mensajes la orientacin de las opiniones y las actitudes pblicas. En otras palabras, la estructura profunda de los mensajes, de los objetivos y estructura de la comunicacin intencionalmente planificada es de alguna forma desconocida por el pblico destinatario.

Pero las mentiras tiles en gran escala para la persuasin masiva, como el mito religioso o el nacionalismo ciego requieren el apoyo de mentiras menores en momentos cruciales. Y en este caso la elite tambin tiene su rol. Debe utilizar su "habilidad retrica superior" para hacer que el argumento dbil suene ms fuerte. En otras palabras, la cbala no slo debe proteger mitos y fabricar mentiras sino que tiene que trabajar para venderlos. Lo que Strauss [22] llam "retrica", podemos identificarlo como sesgo inferencial. Pero segn Strauss, estas mentiras son necesarias para el buen funcionamiento de la sociedad y el triunfo de la propia nacin en la guerra. De ah que para Strauss, la mentira se hace "noble". La frase de Platn que Strauss pide prestada ("mentira noble") la deforma en un mito o una parbola que transmite una verdad subyacente sobre la moralidad o la naturaleza. Pero en manos de Strauss, la "mentira noble" se convierte en una manera de engaar masivamente.

La mentira en la sugestin de las masas

Psicolgicamente, el engao social es un proceso de sugestin que apela al lenguaje oral y corporal para generar un tipo particular de sugestin, la sugestin conceptual auto-inducida, y as obtener el desencadenamiento de los reflejos y comportamientos conductuales previstos. La sugestin es un estado psquico provocado en el cual el individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar las que se le indica que no sienta. Por esta razn se comenz a utilizar como tratamiento teraputico.

Existen diversos mtodos para conseguir este estado en una persona: la sugestin directa, que se obtiene mediante la autoridad ejercida sobre una persona que se somete a ella; la sugestin hipntica que se consigue mediante la hipnosis, estado de influencia magntica, por fascinacin por influjo personal o por aparatos adecuados; la sugestin indirecta, a travs de la insinuacin de ideas que los sujetos aceptan como verdaderas y propias.

Una forma de sugestin masiva basada en la autoridad es la que se utiliza con fines de persuasin poltica. En estos escenarios, la mentira se convierte en una poltica de comunicacin persuasiva' que no obstante el contraste de sus mensajes con la realidad, fundamenta su veracidad, ante los ojos de los conglomerados en la aceptacin, en la aprobacin que esos conglomerados de masas le otorgan al lder, al proceso o al partido. Es un mecanismo de transferencia psicolgica mediante la cual los individuos seleccionan lo que para ellos es verdad o certeza, a partir de juicios subjetivos que se obtienen de la fuente sugestionante y se le otorga veracidad sobre la base del liderazgo. La aceptacin de tal liderazgo opera como la proyeccin psicolgica de los individuos acerca de unos ideales inalcanzables, en funcin de una conceptualizacin del mi mismo', pletrico de poder y fantasas, que proyecta en el otro' al que se asume como padre' omnipotente y omnisciente.

Hitler tena una personalidad hipntica y el poder de influir sobre la voluntad del Volk, con inusitada fuerza, con total dominio y atraccin basados en su carisma y en base a ello pudo adoctrinar y manipular a uno de los pueblos ms cultos de la Europa de mediados del Siglo XX.

La mentira como moldeamiento social.

Una de las tareas fundamentales de la persuasin psicolgica de las multitudes probablemente tenga que ver con la promocin de nuevas formas de comportamiento. La modificacin de conducta dispone de tcnicas especializadas en tal sentido siendo el moldeamiento el reforzamiento sistemtico de las aproximaciones sucesivas a la conducta terminal que el modelador' promueve, y la consecuente extincin de las aproximaciones conductuales anteriores.

Visto as, el moldeamiento es una estrategia psicolgica con la cual se pretende aumentar la frecuencia de una conducta en un individuo que no la realiza, o que no la hace con tanta frecuencia como se deseara. Sirve para establecer conductas complejas que aun no existen en el repertorio de comportamientos comunes de un individuo y su objetivo principal consiste en reforzar en aproximaciones sucesivas, conductas que el sujeto emita que se asemejen a la conducta meta.

El moldeamiento social se utiliza cuando el sujeto considera incongruente con su tradicional comportamiento social la conducta que se le solicita desde las estructuras referentes (grupos partido, o lder), bien porque le resulta extraa, bien porque colide con sus valores. Entonces, el moldeamiento social opera, pero no como un refuerzo o reforzador positivo cuando se consigue que el individuo ejecute la accin. En su lugar, la conducta se descompone en sus partes ms simples y se escalona su aprendizaje, tomando en un primer lugar lo ms elemental y avanzando hacia la solicitud de conductas y comportamientos ms complejos. As, se va reforzando una a una, primero las elementales y progresivamente, las ms complicadas actitudes, apoyadas en las anteriores. Gracias a esta estrategia, el partidario va aprendiendo poco a poco una conducta originariamente muy compleja y fuera de su repertorio.

La mentira disipa las incongruencias cognitivas del sujeto frente al comportamiento que se le solicita y coadyuva en el avance desestructurado de los procesos de moldeamiento social. As, la conducta operante se analiza y se modifica de acuerdo con ciertas condiciones antecedentes y consecuentes de las que es funcin. Acaso entre las condiciones antecedentes figuren instrucciones verbales, lo que no hara sino apuntar a las consecuencias. Estamos entonces en presencia de un proceso conjugado de conducta moldeada por las contingencias y gobernada por reglas previamente establecidas por el moldeador'.

Para ulteriores anlisis sobre el rol de la mentira en el moldeamiento social de los conglomerados debemos tener en cuenta que la lgica operante es inherente a la conducta humana y se emplea en el procedimiento de civilizacin y educacin. Es necesario subrayar tambin que la lgica operante se caracteriza por la causalidad final, es decir, incorpora propsito e intencin. La operante supone tender hacia algo, en el sentido intencional que dan los objetos del deseo ah alcanzables. Se dice que la conducta operante es final porque es funcin de sus fines, esto es, est causada por el logro resultante y no por alguna estimulacin antecedente.

Este proceso es altamente efectivo cuando se aplica sobre colectivos con grandes carencias sociales y personales, y cuyos integrantes son capturables con facilidad, a partir de la satisfaccin momentnea de sus necesidades econmicas y alimentarias. Se trata de un proceso ms bien simple en el que se comienza por especificar la conducta final deseada. Luego de escogida, habr que describirla para especificar su cantidad, latencia e intensidad. Esta conducta deber ser relevante para los intereses del lder, del partido o de la organizacin y no exceder las posibilidades de intervencin / correccin. El modelo de comportamiento a obtener debe estar previamente convenido, ser identificable y poseer validacin social. Posteriormente, habr de seleccionarse los reforzadores entre las opciones ms motivadoras y vlidas en relacin con los objetivos propuestos, los cuales habrn de aplicarse sobre el colectivo en funcin del programa de refuerzo.

La conducta de las masas se divide en pasos sucesivos y peridicos, tomando en cuenta el repertorio de respuesta, acciones y actitudes disponibles en los sujetos que integran el grupo-meta. A esto se le denomina desarrollo prximo' y consiste en re-ensear y reforzar positivamente las aproximaciones sucesivas conforme se avanza en cada sub-etapa del comportamiento grupal esperado, para extinguir los aprendizajes, los valores y la cultura social precedente.

La mentira en la modificacin del comportamiento.

Por qu se forman las masas y aparece el comportamiento de masas? El individuo necesita al grupo, le proporciona seguridad. Resulta ms sencilla la supervivencia en grupo, resulta ms fcil vivir integrado, pero la masa est dominada por emociones, est subyugada por el miedo y controlada por la avaricia. Segn los expertos en la psicologa de masas, la visin que una persona tiene de su identidad depende de la capacidad para meditar sobre sus propias acciones, as como de la posibilidad para responder a las acciones de los dems. Las teoras de la psicologa de masas intentan explicar la influencia que ejercen las acciones de grandes grupos sociales sobre la identidad, el nivel social y el papel del individuo, reforzndolo o subvirtindolo, y cmo esa influencia repercute a la hora de participar en modas, tendencias, poltica, movimientos y religiones.

El ms connotado de estos expertos, Erich Fromm[23] estudi cmo el sentimiento de separacin genera una gran ansiedad. Se inicia en la infancia con la experiencia de la separacin de la madre. La ansiedad de la separacin puede canalizarse de diferentes modos: de un modo creativo, mediante un trabajo y unas relaciones productivas, o bien de un modo destructivo, mediante una regresin a rituales primitivos, violentos e incluso orgisticos. Al identificarse con movimientos de masas, el individuo exterioriza sus problemas internos. La conformidad puede actuar como un consuelo y una reduccin de la ansiedad; el individuo puede sentirse cmodo formando parte de una multitud. Fromm observ que esta tendencia se daba en el autoritarismo y en las dictaduras y los investigadores actuales la observan en el fenmeno de los aficionados violentos en el ftbol.

Pero fue Roland Barthes[24] quien describi el modo en que se generan los mitos, al dotar de significados falsos a las cosas mundanas, como en el caso de los lemas propagandsticos. Al persuadir a un nmero suficiente de personas con una campaa de promocin de promesas y de ofertas sociales con fuerte demanda' en los colectivos sociales, y si esas promesas se condensan en un lema publicitario, el sujeto se identificar inmediatamente con la propuesta, an sin tomar en cuenta que esa promesa carezca de sustento o sea imposible de cumplir. Al hacerlo modificar sustancialmente su comportamiento, en virtud de la reduccin de su ansiedad, y sus actitudes y comportamientos habrn saltado por encima del anlisis racional y el instinto habr vencido a la razn. La mentira en la propaganda poltica se convierte, entonces, en el disparador de las esperanzas pues acta como modelador de la conducta grupal simplificando temas sociales complejos y simultneamente en un controlador de las entropas al disolver el razonamiento crtico individual propiciando valores colectivos (todos referidos a la propuesta poltica) por encima de los valores individuales.

El autoengao: Conviccin de la profeca auto-cumplida

Una profeca auto-cumplida o auto-realizada es una prediccin que, una vez hecha, es en s misma la causa de que se haga realidad. Tal vez el ejemplo ms bizarro de cmo la mentira opera como un disipador controlentrpico del caos social es la puesta en prctica en la escena poltica del efecto Pigmalin' el experimento ms llamativo del profesor Rosenthal[25], uno de los puntales de Harvard hoy felizmente retirado en la Universidad Riverside de California. La prueba consisti en proporcionar a un grupo de profesores de primaria cierta informacin sobre las supuestas capacidades de los nuevos alumnos que los maestros iban a tener en clase. La informacin suministrada era falsa, completamente inventada, pero fue suficiente para que los alumnos sealados a priori como potencialmente brillantes consiguieran, efectivamente, resultados sobresalientes, mientras se quedaban atrs aquellos de los que, sin ninguna base para afirmarlo, se esperaba ms bien poco.

La expresin es acuada por el socilogo Robert K. Merton[26], quien formaliz su estructura y sus consecuencias. En su libro Teora social y estructura social, Merton da la siguiente definicin:

"La profeca que se auto-realiza es, al principio, una definicin "falsa" de la situacin que despierta un nuevo comportamiento, que hace que la falsa concepcin original de la situacin se vuelva "verdadera".

El efecto Pigmalin, que sirve ejemplo para la teora de la profeca auto-cumplida, es un concepto perfectamente ilustrado por el socilogo Robert K. Merton con el ficticio caso del banco de Millingville, un banco gestionado de forma honrada y eficaz, con algunos activos lquidos pero con la mayor parte de sus fondos invertidos en diferentes negocios. Ocurre sin embargo que un buen da, sin que nunca termine de aclararse por qu, un puado de cliente se presenta en la oficina del banco porque a sus odos ha llegado el rumor de que el banco corre el riesgo de quiebra, y piden retirar sus fondos. El banco hace frente a sus obligaciones sin problemas, pero la presencia de tanta gente en la oficina provoca nerviosismo y alimenta el rumor de una inminente bancarrota. El temor se extiende y los clientes, cada vez en mayor nmero, pretenden rescatar sus depsitos. La bola crece de forma que, finalmente, el falso augurio de que el banco se encaminaba a la quiebra termina cumplindose como una profeca que se consuma a s misma simplemente porque el pblico percibi como autntico un peligro que era falso, y actu como si fuera real.

2.- TEORA DEL ENGAO Protocolo operativo y funcional de la mentira

Se asume que el lenguaje es la abstraccin conceptual que representa lo externo al sujeto y por ello constituye un vnculo ontolgico entre ste y la realidad. Pero el lenguaje es tambin el instrumento de que disponemos para confundirnos o engaarnos unos a otros. No exclusivamente sirve para engaar a otros, sino que adems engaa al propio hablante, cosa que saban bien tanto Friedrich Nietzsche como Fritz Mauthner.

Muchas de nuestras elucubraciones y ofuscaciones mentales tienen su origen en el sentido de las palabras. No slo porque las palabras pueden tener varios significados, sino porque adems pueden significar lo mismo pero de diferentes maneras. Nuestra ingenua admiracin por la ciencia nos ha hecho adaptar nuestro modo de pensar a una supuesta estructura dotada de precisin y univocidad matemtica.

A la vista del relativo desacuerdo entre quienes estudian el engao sobre cmo el engao, la mentira o la comunicacin engaosa deben ser definidos, pretendemos integrar la visin de los autores ms influyentes en este campo con el fin de formular una definicin del engao comprehensiva y bien delimitada. El punto de partida lo conforman los elementos de la mentira prototpica sealados por Coleman y Kay[27], as como la nocin de "comunicacin engaosa" de Gerald Miller[28] (Miller y Stiff, 1993).

Tambin abordamos la teora de la comunicacin de Vilm Flusser[29], que en gran medida aborda una particular teora del engao a partir del uso y el abuso de los sistemas simblicos, que de acuerdo con este autor, eventualmente sustituyen las situaciones codificadas generando un estado de alienacin. La bidimensionalidad de las imgenes, el unidimensionalismo del alfabeto y el cdigo hbrido de las imgenes virtuales constituyen, para este estudioso, la triloga fundamental de la comunicacin engaosa, llamada por l magia de segundo grado'.

A los efectos introductorios de este epgrafe, vamos a exponer una definicin experimental:

"El engao es un intento deliberado, exitoso o no, de ocultar, generar, y/o manipular de algn otro modo informacin factual y/o emocional, por medios verbales y/o no verbales, con el fin de crear o mantener en otra(s) persona(s) una creencia que el propio comunicador considera falsa".

Esta definicin experimental la vamos a contrastar con los elementos sealados por Coleman y Kay y la contrastaremos con algunas de las ms connotadas teoras de la comunicacin persuasiva, en principio para identificar su protocolo operativo (asumimos que el engao, en tanto que proceso comunicacional elaborado, requiere de una estructura lgica, que aqu llamamos protocolo') con el propsito de ir armando, paso a paso, una teora que nos conduzca a prefabricar la estructura funcional del engao.

La antropologa cognitiva del engao

La antropologa cognitiva ha sido una disciplina clave en el desarrollo antropolgico de las sociedades, tanto en el aspecto terico como metodolgico. Sus vnculos con otras disciplinas de las ciencias cognitivas le han dado una poderosa capacidad explicativa interdisciplinar que se ha traducido en la generacin de teoras propias sobre los procesos universales de la cognicin cultural y cmo esta es la conformadora de los fenmenos estructurales de la cultura.

Los inicios de la antropologa cognitiva podemos hallarlos en los antecedentes histricos de Adolf Bastin[30]. En l podemos definir el objetivo central de la antropologa cognitiva, como sub disciplina de la antropologa cultural, tambin conocida como "etnociencia" o "nueva etnografa" y que ha sido definida como el estudio de la relacin entre lenguaje, cultura y pensamiento.

Los sistemas de clasificacin social y cultural han sido un importante elemento de estudio en muchas reas de la teora antropolgica, por lo que la antropologa cognitiva se concentra en las categoras lingsticas para aproximarse a los sistemas de clasificacin y conocimiento cultural.

Aunque la metodologa y los temas de estudio han variado a lo largo de su historia, se comparte la premisa de que la cultura es conocimiento; cada grupo de individuos tiene su propio sistema para percibir y organizar el mundo y el conocimiento cultural se refleja en la lengua.

Los antecedentes de la Antropologa Cognitiva se encuentran en Boas y sus discpulos. En especial en Kroe

La Mentira: Tercer Disipador Del Caos Social


por: Andrs Simn Moreno Arreche

Sobre el Autor

Comuniclogo estadounidense con residencia en Venezuela. Licenciado por la Universidad Catlica Andrs Bello de Caracas como Comunicador Social (1975). C.E.O. de Creatividad Estratgica C.A. donde realiza asesoras para la imagen y la identidad corporativa de empresas y corporaciones y disea campaas persuasivas para personalidades, ONG's y partidos polticos. Profesor universitario y escritor. Es autor de 5 novelas, 2 libros de cuentos breves y 5 de poesas, as como tambin de dos ensayos: 'Teora del Caos Social' y 'Leyes y Principios Estratgicos de la Guerra Comunicacional', sobre los que versan sus conferencias internacionales. (Articuloz SC #3162287)

Fuente - http://www.articuloz.com/monografias-articulos/la-mentira-tercer-disipador-del-caos-social-3162287.html
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